El elevado consumo de sodio, equivalente a 5 gramos de sal por día) y la absorción insuficiente de potasio (menos de 3,5 gramos por día) contribuyen a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular.
Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud han acordado reducir en un 30% el consumo de sal de la población mundial de aquí a 2025, evitando por año 2,5 millones de defunciones .