Durante los días calurosos de nuestro verano debemos evitar dejar a los niños en el coche. Con permanecer sólo 10 minutos seguidos en un vehículo con una temperatura exterior cercana a los 25 grados, un menor tiene muchas posibilidades de sufrir un golpe de calor. En un día soleado, con una temperatura exterior de 20 grados, el interior de un coche (sin aire acondicionado) puede superar los 40 grados.