Nace un decálogo sobre el uso de los edulcorantes

edulcoranteDa lo mismo que endulcemos nuestros alimentos con azúcar o edulcorantes de otro tipo, al menos mientras nuestra salud sea buena. Pero hay personas que por motivos de regímenes, enfermedades como la diabetes o simplemente por gusto prefieren usar edulcorantes sin y bajos en calorías.

El problema es que estos han sido fruto de ciertas campañas que aseguraban que no eran seguros y podrían ser perjudiciales para el organismo, a pesar de que los expertos afirman que no son perjudiciales, lo único es que no proporcionan energía al organismo.

Ahora, expertos de diferentes disciplinas como Pediatría, Nutrición Clínica o Toxicología, entre otras, han elaborado unas pautas sobre estos aditivos que muestran las evidencias científicas que los avalan y el uso que hay que hacer de ellos.

Así, y auspiciado por la Fundación para la Investigación Nutricional y con la colaboración de la Consejería de Sanidad del Gobierno de la Comunidad de Madrid, la International Sweeteners Associationy el CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición del Instituto de Salud Carlos III, ha nacido el ‘Decálogo sobre edulcorantes sin y bajos en calorías’.

EXTRACTO DEL DECÁLOGO

1. Los edulcorantes sin y bajos en calorías han sido utilizados de forma segura por los consumidores de todo el mundo durante más de un siglo. De hecho, en Europa hay autorizados actualmente diez: acesulfamo- K, aspartamo, ciclamato, sacarina, sucralosa, taumatina, neohesperidina, glicósidos de esteviol, neotamo y sal de aspartamo y acesulfamo (E- 962). También están autorizados

edulcorantes nutritivos hipocalóricos como el sorbitol y el xilitol. La descripción y declaración de todos estos ingredientes en el etiquetado de los productos, al igual que para el resto de aditivos, es obligatoria.

2. Todos los edulcorantes sin y bajos en calorías utilizados actualmente han sido sometidos a estrictas pruebas de seguridad. Eso sí, es importante respetar las indicaciones de consumo máximo en la dieta diaria.

3. La evidencia científica actual indica que no existe relación entre el consumo de estos edulcorantes y la aparición de enfermedades no transmisibles. Según los estudios no hay relación alguna entre su consumo y el cáncer, enfermedades cardiovasculares, neurológicas ni alteraciones u afecciones relacionadas con el embarazo. Por tanto, su consumo, en las cantidades indicadas, no presenta riesgo para la salud a la luz de la evidencia científica actual.

4. La evidencia científica documenta que no afectan a los niveles de glucosa o insulina en el plasma sanguíneo. Por ello, representan un instrumento adicional en el tratamiento dietético de personas con diabetes y obesidad y constituyen un elemento clave en el control metabólico hidrocarbonado.

5. La investigación científica muestra que el consumo de alimentos y bebidas en los que se ha sustituido el azúcar por estos edulcorantes, combinado con la práctica de actividad física y un estilo de vida saludable, puede jugar un papel significativo en la pérdida de peso y en el mantenimiento de un peso saludable. Estudios científicos han mostrado que las personas que usan estos edulcorantes consumen menos calorías y muestran un mejor balance energético.

6. En la infancia la utilización de este tipo de aditivos debe considerarse solo como un recurso alternativo cuando otras estrategias preventivas hayan fracasado, excepto en su uso en chicles para la prevención de la caries dental y en productos farmacéuticos.

7. Los edulcorantes bajos y sin calorías ayudan a prevenir la caries dental.

8. Debe potenciarse la educación al consumidor acerca de estos productos de forma rigurosa, objetiva y basada en la mejor evidencia científica y los procesos regulatorios.

9. Debe priorizarse la formación de los profesionales de la salud de atención primaria y especializada, dentistas y farmacéuticos, para que se constituyan en agentes educativos sobre este tipo de productos en la población sana y en grupos con necesidades especiales. También debe contemplarse la formación de educadores y maestros de primaria y secundaria, así como del colectivo profesional en general relacionado con la dietética y la nutrición.

10. Se pone de manifiesto la necesidad de potenciar la investigación sobre estos edulcorantes en España.

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