En nuestro país el café no es sólo una bebida, es una forma de vida. No hacemos un descanso en el trabajo, vamos a por un café; si queremos tener una charla informal con alguien, quedamos para un café, y las largas sobremesas propias de nuestra cultura se acompañan de un café. Este elixir al que muchos recurren a primera hora de la mañana para «sentirse persona» ha estado perseguido a veces por una injusta mala reputación. Sin embargo, diferentes estudios están demostrando suefecto protector sobre la salud.
El último, publicado esta semana en «Journal of the National Cancer Institute», sugiere que el consumo de café podría estar asociado con un menor riesgo de desarrollar melanoma maligno.En concreto, la investigación, con una muestra de 447.357 personas, concluyó que los que consumían cuatro tazas al día o más tenían un 20% menos de riesgo. Otros estudios han relacionado su ingesta con un efecto protector en el hígado, frente a la diabetes, el párkinson, el alzheimer y algunos tipos de cáncer.
También se han desmontado mitos como que es malo para la salud cardiovascular. De hecho, un estudio publicado en 2012 en la revista «The New England Journal of Medicine» concluyó que tomar tres tazas de café diarias, con cafeína o descafeinado, podría reducir en un 10% el riesgo de muerte por enfermedades cardiacas, respiratorias, accidentes cerebrovasculares, lesiones y por accidentes, diabetes e infecciones.
Otra investigación, realizada con los centenarios habitantes de la isla griega de Ikaria, relacionaba su longevidad con el consumo de café hervido. «Hemos visto que los isleños centenarios que han bebido café hervido tienen un mejor funcionamiento cardiovascular endotelial. Cuando hay disfunción en el endotelio, las arterias se vuelven más rígidas, y son más frecuentes los ataques al corazón y los trombos», explicaba Gerasimos Siasos, profesor de la Universidad de Atenas y autor del trabajo que se publicó en «Vascular Medicine».
En un producto de origen natural resultado de una mezcla de miles de sustancias es complicado determinar qué es lo que lo convierte en beneficioso, aunque los dos componentes más estudiados son la cafeínay los antioxidantes. «El café es una de las fuentes más importantes de antioxidantes del mundo vegetal. En la prevención de determinadas enfermedades juegan un papel más importante los antioxidantes, y en otras la cafeína o ambos», explica a ABC el doctor Mariano de la Figuera, internista, médico de familia, y miembro asesor del Centro de Información Café y Salud.
Con moderación
Aunque la cafeína se percibe a veces como un ingrediente negativo, no lo es si se toma en su justa medida. Lo recomendable es no pasarse de las 4-5 tazas de nuestro café expreso al día. «A partir de ahí es cuando pueden aparecer efectos perjudiciales sobre el sistema nervioso, palpitación, taquicardia, insomnio y aumento de la presión arterial», advierte el doctor De la Figuera. En cualquier caso, las cantidades también dependen de cómo metaboliza cada persona la cafeína.
Pese a que esta sustancia aumenta la frecuencia cardiaca y puede elevar de forma puntual la presión arterial, «no existe motivo alguno para que un hipertenso bien controlado no pueda tomar café. Cualquier sujeto que sea hipertenso o padezca alguna enfermedad cardiaca puede tomar, en principio, hasta 4 o 5 tazas de café, puesto que no se ha podido evidenciar nunca su carácter nocivo en relación a la patología cardiovascular», apunta el doctor Enrique Galve, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
A pesar de los efectos beneficiosos del café, se desaconseja su consumo «en niños menores de ocho años, en personas con trastornos neuropsiquiáticos, en los que el consumo pueda desencadenar ansiedad, crisis de pánico o insomnio; y en algunos pacientes que siempre están con taquicardias», apunta De la Figuera.
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