Por increíble que parezca, los besos ayudan a mantener una buena higiene dental y a prevenir los problemas bucales. Según ha demostrado un estudio, cuando nos besamos con otra persona intercambiamos cerca de 40.000 bacterias que, lejos de ser peligrosas, son aprovechadas por las defensas de nuestra propia saliva.
Pero la cosa no se queda ahí, ya que cada vez que damos un beso favorecemos la secreción de saliva, lo que nos ayuda eliminar las partículas que ‘sobran’ de nuestra boca y, por tanto, a desinfectarla. De esta manera, los besos se convierten en nuestros grandes aliados para luchar contra las caries y la placa bacteriana