Los besos son una enorme fuente de placer, pero no solo eso… Besar con frecuencia también nos hace sentirnos queridos por la otra persona, lo que indudablemente ayuda a mejorar nuestra autoestima y a alcanzar un alto grado de satisfacción.
El estar contentos con nosotros mismos, además, tiene efectos muy positivos en otros aspectos de nuestra vida más allá del terreno sentimental. Por ejemplo, un estudio ha demostrado que las personas que besan a su pareja antes de irse a trabajar tienen un mayor rendimiento laboral.