Un ingrediente fundamental para llevar una vida sana es mantener una buena dieta. Por ejemplo, la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, nueces y pescado, ha mostrado ser una excelente aliada para evitar la enfermedad cardiovascular y la diabetes.
Sin embargo, ¿está al alcance del bolsillo de todos llevar una dieta saludable como la mediterránea? ¿Es más costosa una dieta sana que una no tan sana, alta en alimentos procesados, carnes y carbohidratos refinados?
La respuesta es sí, una dieta sana es más cara. En promedio, dicha alimentación cuesta $1,5 (unos ¢750) más por día, según demuestra un análisis de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard que comparó los costos de dietas sanas y no tan sanas en 10 países.
Los científicos, dirigidos por Dariush Mozaffarian, hallaron que las mayores diferencias de precio se producen en el grupo de las proteínas, donde una porción de una proteína sana (carne o pollo sin grasa o pescado) cuesta, en promedio, $0,29 (unos ¢145) más que la opción menos sana.
En cuanto a los granos, las diferencias de precio entre los más sanos y los menos sanos son pequeñas ($0,03, ¢15, por porción); lo mismo ocurre con los alimentos de merienda y dulces ($0,12, ¢60, por porción) y con las grasas ($0,02, ¢10, por porción). En el grupo de los lácteos, las opciones más saludables son ligeramente más baratas ($0,004 por porción; ¢2).
Según sus cálculos, la dieta menos sana, por día, tiene un costo de $0,61 (unos ¢305), mientras que la más sana $2,51 (unos ¢1.255) . Al cabo de un año, eso significa una inversión de $550 (¢275.000) más por persona que lleva una dieta sana.
Si bien esa inversión conlleva un gran ahorro a la larga en gastos de salud, al proveerle una alimentación que lo ayude a prevenir enfermedades crónicas, se trata de una suma de dinero que no está al alcance de las personas con menos poder adquisitivo.
Los científicos sugieren tomar medidas que hagan más accesible una dieta sana; incluso proponen en su publicación, en el British Medical Journal Open , crear un impuesto a los alimentos menos sanos para subvencionar los más sanos.