Cómo desconectar en vacaciones

Cuando asoma el verano, no hay nada que apetezca más que coger esas ansiadas vacaciones que tanto se necesitan. Sin embargo, cuando al fin llegan parece que, en ocasiones, no somos del todo capaces de desconectar del trabajo y, de algún modo, seguimos a cuestas con el móvil, la tableta, los correos electrónicos… Las vacaciones no son un capricho, sino una necesidad para nuestra salud física y mental, un imprescindible en estos tiempos de prisas.

Para tener un verdadero descanso que permita desconectar por completo de los quehaceres laborales y recargar pilas para la vuelta, es imprescindible tener en cuenta una serie de recomendaciones. La clave de todo está en una ruptura total con nuestra rutina, es decir, que se note que estemos de vacaciones y no sólo lo parezca.

«La importancia de descansar en vacaciones está directamente relacionada con la consecución del bienestar físico, psíquico, emocional y espiritual de la persona. La forma que tome el descanso está directamente relacionada con los deseos y aspiraciones del individuo, pero una de las características esenciales de ese descanso vacacional, para que sea reparador, es que debe suponer un cambio respecto de la rutina>. Y es ese cambio el que convierte los ‘días libres’ en ‘días de vacaciones’», afirma a EL MUNDO Amable Cima, profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo.

Si no se tienen días de vacaciones, o los que se tienen no suponen verdaderamente un cambio respecto del periodo anterior, «el organismo no descansa, no marca un límite psicológico entre un antes y un después», añade. De modo que es fundamental que «haya una rutina totalmente diferente a la que hacemos en invierno, y darnos cuenta de que hay un cambio de ciclo», insiste Rosana Pereira, codirectora de Haztúa Psicología Positiva y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

Para obtener un buen descanso, los expertos recomiendan tomarse al menos dos semanas seguidas de vacaciones. Encarna Maroño, directora de RRHH de Adecco, asegura que tres semanas seguidas de descanso serían lo ideal y dos semanas -seguidas-, lo recomendable. «En 15 días te da tiempo a desconectar, a relajarte, a cuidarte, a divertirte y a volver con ganas para reencontrarte con el trabajo y con tus compañeros». No debemos olvidar que la función de las vacaciones no es sólo la de descansar, sino la de recargar pilas para volver al trabajo y a la rutina con mejores energías.

Maroño asegura que si no se tiene un buen descanso en vacaciones y se sigue conectado desde la distancia al trabajo, no se volverá con las mismas ganas. «Cuando estás relajado es cuando todo fluye, y es cuando te vienen las mejores ideas, cuando estás más creativo y cuando a lo mejor encuentras la solución que estabas buscando», explica esta profesional. Los periodos cortos como, por ejemplo, un fin de semana largo, añade Cima, pueden servir para recargar pilas después de un esfuerzo importante en el trabajo durante un corto periodo de tiempo. Pero si hablamos de vacaciones anuales, «de 15 a 20 días seguidos es un tiempo suficiente para descansar física, psicológica y emocionalmente».

En el caso de los autónomos o de los freelance es diferente pues «la propia idea de dejar su trabajo parado durante las vacaciones les disuade de tomarse mucho más allá de una semana de vacaciones, en el mejor de los casos», señala Cima. Sin embargo, las recomendaciones para ellos son las mismas que para el resto, es decir: «Deben descansar un par de semanas y desconectar todo lo posible del trabajo, pues sólo así podrán rendir y producir después».

Cinco claves

Dejar el trabajo cerrado

Antes de irnos de vacaciones, es aconsejable dejar el trabajo cerrado y controlado, avisando, por ejemplo, a los compañeros de lo que falta, de dónde está esto o aquello… para así, poder irnos más tranquilos. «No es lo mismo que te vayas con la cabeza en cinco temas pendientes que si has terminado de hacer todo el trabajo, o está controlado», afirma Maroño.

No mirar el correo (o sólo un rato)

Una vez que ya estemos de vacaciones, una regla de oro por excelencia es no mirar el correo del trabajo pero, a veces, es difícil desconectar del todo (la responsabilidad, el tipo de trabajo, etc.). Hay a quien le produce más ansiedad no mirar los correos que mirarlos; por ello, en esos casos, es aconsejable que en vez de mirar el móvil a cada rato, se dedique un tiempo del día a hacerlo, y después tener todo el resto del tiempo para disfrutar sin pensar en nada más que en las vacaciones.

Cambiar la rutina

Es importante que se note que estemos de vacaciones y, por ello, debemos cambiar de rutina por completo: «Lo que supone un reto y un estímulo para el cerebro es moverte, cambiar y hacer cosas que no se hacen normalmente», explica José Manuel Moltó, vocal de la Sociedad Española de Neurología. Por ejemplo, si se vive cerca del mar, hay que ir a la sierra o la montaña y caminar por el monte durante unos días, y así se ve algo distinto a lo que se ve siempre.

Compartir las vacaciones

No cabe duda de que compartir con nuestra familia y amigos es una de las cosas más positivas que tienen las vacaciones. Así, y según explica Pereira basándose en las investigaciones de la Psicología Positiva, cuando estamos con otras personas es tiempo que pasamos mucho más felices que cuando estamos solos. Compartir con otros nos hace sentir muy bien, afirma esta profesional. Por esa razón debemos disfrutar del tiempo sin prisas, no ser tan rígidos, mejor tomarse las cosas de forma más relajada y entender que los planes pueden no salir como uno quieren. Es mejor «no obsesionarnos con la idea de que las vacaciones deben ser perfectas, porque esto es sinónimo de frustración. Basta que sean descansadas y reparadoras», añade Cima.

Momento para reflexionar

Pero además de todo esto, las vacaciones son un momento idóneo para reflexionar sobre nosotros mismos. «Las vacaciones son un buen momento para reencontrarse con uno mismo y establecer nuevos objetivos y metas a alcanzar, no sólo laborales, sino principalmente personales», concluye Cima.

Fuente: elmundo.es

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