Cuatro cosas que no deben faltar en un buen desayuno

La primera comida debe aportar un cuarto de las calorías ingeridas durante el día. Aquí, cuatro grupos de alimentos indispensables para arrancar con energía.

En épocas en las que las horas de descanso no abundan, muchos se levantan con los minutos justos para darse una ducha rápida (quienes no lo hacen a la noche), lavarse los dientes, vestirse y salir, resignando así un momento clave del día: el desayuno. Error. Después de 6 a 10 horas de reposo nocturno, es necesario reponer los niveles de energía a través de la glucosa (azúcar) necesarias para la salud del cerebro y de los músculos.

Esa primera comida que muchos saltean debe aportar entre el 20% y el 25% de las calorías que se ingerirán durante el día, afirman especialistas en base a estudios científicos. Pero no se trata de comer solamente, si no de que el desayuno sea equilibrado, es decir que incluya los nutrientes fundamentales para un óptimo rendimiento físico e intelectual.

Viviana Corteggiano y Romina Sayar, presidenta y vice de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas; Zulema Storlaza, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición y Verónica Risso Patrón, presidente de FAGRAN consensuaron cuatro grupos de alimentos que no pueden faltar en un buen desayuno:

-Pan o cereales, preferentemente integrales. Son una excelente fuente de carbohidratos que aportan energía y proporcionan al cuerpo vitaminas y minerales. Los integrales aportan grandes cantidades de fibra que favorece el buen funcionamiento intestinal e influye favorablemente en los niveles de colesterol sanguíneo.

-Productos lácteos, como la leche, el yogur y el queso (preferentemente descremados), aportan proteínas de muy buena calidad, calcio y vitaminas A, D y B12, esenciales para la salud de los huesos y de los dientes en todas las etapas de la vida.

-Frutas o jugo de frutas. Además de proporcionar carbohidratos, agua, vitaminas y minerales, son una buena fuente de fibra.

-Nueces, semillas y frutos secos. Son fuente de Omega 3, proteínas y fibras, mejoran la digestión y dan saciedad ayudando a controlar el apetito.

Un desayuno completo y equilibrado contribuye en el aporte de calcio, vitaminas y minerales recomendadas.

Además, es un buen hábito alimentario que conviene incorporar desde chico. Estudios científicos probaron que los niños que desayunan tienen mayor concentración y memoria en el colegio durante la mañana que quienes no lo hacen.

Y como si fuera poco, contribuye a mantener y controlar el peso. «Un desayuno completo y nutritivo genera saciedad hasta la próxima comida, suprimiendo la necesidad de ‘picar’ alimentos con alto contenido graso y de azúcares entre las comidas, que suelen sumar calorías y contienen pequeñas o nula cantidad de vitaminas y minerales», concluyeron las especialistas.

Fuente: Clarín Buena Vida.