Solamente entre 5 y 10 minutos al día parece ser beneficioso.
Pero la mejor noticia de este estudio es que parece que este beneficio puede cosecharse aunque corra a poca velocidad durante unos pocos minutos cada día, según un estudio de 15 años de duración.
“Las personas pueden no necesitar correr mucho para obtener beneficios para su salud”, dijo el autor del estudio, Duck-chul Lee, profesor asistente de kinesiología en la Universidad Estatal de Iowa. “Espero que este estudio pueda motivar a más personas a que empiecen a correr y a que sigan corriendo como un objetivo de salud asequible”.
No está claro a partir del estudio si correr causó directamente que la esperanza de vida fuera más larga. Los investigadores solamente fueron capaces de demostrar que hay un vínculo fuerte entre correr y vivir más tiempo. Podría haber otras razones por las que los corredores viven más tiempo. Podría deberse a que las personas sanas son las que salen a correr, indicaron los autores del estudio. Pero los investigadores intentaron controlar los datos para tener en cuenta dichos factores.
Las directrices actuales en los EE. UU. para la actividad física recomiendan correr o hacer otra actividad aeróbica de gran intensidad durante un mínimo de 75 minutos a la semana, o 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.
Pero las personas que realizaron menos ejercicio que eso también consiguieron unos beneficios significativos para la salud, según la nueva investigación.
Correr un poco cada semana (menos de 51 minutos, menos de 6 millas [9.6 km], a menos de 6 millas [9.6 km] por hora, o solo de una a dos veces) se siguió asociando con unos beneficios para la salud sólidos en comparación con no correr, reportaron los investigadores en la edición del 5 de agosto de la revistaJournal of the American College of Cardiology.
El estudio también sugirió que es posible pasarse haciendo algo bueno. Las personas que regularmente corrían menos de una hora a la semana redujeron su riesgo de muerte tanto como las que corrían tres o más horas semanales.
El estudio contó con más de 55,000 adultos de 18 a 100 años de edad, a los que se dio seguimiento durante un periodo de 15 años para determinar si hay una relación entre correr y la longevidad. Aproximadamente una cuarta parte de este grupo eran corredores.
Se pidió a los participantes que rellenaran un formulario sobre sus hábitos con respecto a correr, y los investigadores dieron seguimiento a los que fallecieron durante el periodo de estudio.
Los investigadores descubrieron que las personas que no corrían tenían una esperanza de vida tres años más corta que la de los corredores. Correr se asoció con una reducción del 30 por ciento del riesgo de mortalidad por cualquier causa y con una reducción del 45 por ciento del riesgo de mortalidad por una enfermedad cardiaca o un accidente cardiovascular, en comparación con no correr.
Incluso los que corrían menos obtuvieron beneficios significativos. Correr un mínimo de entre 30 y 59 minutos cada semana (lo que equivale a solo entre 5 y 10 minutos al día) se asoció con una reducción del 28 por ciento del riesgo general de muerte y con una reducción del 58 por ciento del riesgo de muerte por enfermedades cardiacas, en comparación con los que no corrían.
“Los beneficios con respecto a la mortalidad para los corredores eran parecidos entre los distintos niveles de tiempo, distancia, frecuencia, cantidad y velocidad a la que corrían”, dijo Lee. Los beneficios se mantuvieron firmes incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta factores como el peso, fumar, beber o los problemas de salud.
Sin embargo, los corredores deben ser constantes. Los que corrían de forma persistente (aquellos que estuvieron corriendo de forma regular durante un promedio de 6 años) obtuvieron el mayor beneficio, descubrieron los autores del estudio.
La mejora del funcionamiento cardiaco y pulmonar parece ser la clave de los beneficios para la salud por correr, dijo Lee. Los corredores del estudio tenían una condición física que era un 30 por ciento mejor que la de los que no corrían, y su mejor condición física aumentaba según la cantidad de tiempo que pasaban corriendo.
Al Dr. Michael Scott Emery, copresidente del Consejo de Cardiología de los Deportes y el Ejercicio del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology), le pareció “un poco sorprendente que correr entre 5 y 10 minutos tuviera tal impacto sobre la salud”.
Emery, cardiólogo con sede en Greenville, Carolina del Sur, afirmó que “este estudio muestra que para sacar el mayor provecho solo hay que levantarse y hacer algo, incluso aunque no cumpla con las directrices actuales. Incluso un poco es mejor que nada”.
Pero indicó que correr cuenta con un mayor potencial para las lesiones que nadar, incluyendo problemas en las articulaciones, torceduras de tobillo, problemas en la espinilla, dolor de espalda y estiramientos musculares.
Las personas podrían ganar beneficios similares de andar la misma distancia durante periodos de tiempo más largos, sugirió.
“Correr tiene más potencial para las lesiones, pero andar requiere de más tiempo”, dijo Emery. “Uno ha de encontrar su propia combinación, su equilibrio”.
Lee se mostró de acuerdo en que las personas a las que les interese correr deberían empezar despacio e ir aumentando con el tiempo.
“Correr es una actividad de gran intensidad, de modo que se recomienda a las personas inactivas que pueden empezar a caminar para reducir el riesgo de lesión antes de que empiecen a correr”, dijo.