Es el ejemplo claro de una investigación multidisciplinar. Seis empresas gallegas, siete grupos científicos del CSIC, las universidades de Santiago y Vigo, el Clínico de Santiago y la Fundación Ramón Domínguez, y un objetivo simple: estudiar los efectos saludables de la dieta atlántica y potenciar los componentes funcionales de los productos.
Los alimentos elegidos son el mejillón, el aceite de oliva, queso en crema desnatado, grelos y berzas, vino Mencía, Albariño y los aceites de semilla de vid. Para el proyecto clínico ya se han seleccionado 150 familias del centro de salud de A Estrada para quienes se elaborarán menús con estos productos y a las que se realizarán mediciones bioquímicas para controlar sobre todo el riesgo cardiovascular y las patologías inflamatorias. Al mismo tiempo otras 150 familias actuarán como grupo de control.
Mientras, otros grupos científicos del CSIC se encargarán en colaboración con las empresas de potenciar los compuestos funcionales de los productos mediante el manejo de los cultivos. Ya está demostrado que estos productos tienen componentes anticancerígenos pero se trata de aumentar su concentración. La fase de investigación con las familias durará seis meses y los resultados del proyecto se conocerán en un año. Carmen Martínez, investigadora del CSIC, confía en que la colaboración con las empresas y los otros grupos científicos se mantenga en el tiempo.
