Retrasa el proceso de envejecimiento. Se ha comprobado que nadar es de gran ayuda en el combate al proceso de envejecimiento. Aunque esto último es imposible de evitar, la natación puede retrasar sensiblemente su desarrollo, ayudándonos a mantenernos jóvenes.
Ayuda a aumentar nuestra capacidad motriz. Gracias al tipo de actividad que se tiene que realizar cuando se nada, nuestro cuerpo está más alerta, además de que nuestra capacidad motriz aumenta. Como sabemos, nadar implica coordinar nuestras extremidades y respiración. Asimismo, nadar nos ayuda a tener un mejor equilibrio y a tener un tiempo de reacción más eficiente y rápido.
Mejora la memoria. Otro de los beneficios de nadar es que dicha actividad o ejercicio mejora nuestra memoria. Entre otras cosas, esto se debe a los ejercicios de respiración que se ponen en práctica al nadar, los cuales oxigenan de mejor manera el cerebro, además de que la coordinación motriz produce que nuestro cerebro tenga que crear nuevos lazos neuronales.
Quema un mayor número de calorías. Al ser un ejercicio sumamente completo, nadar es una de las mejores opciones para quemar mayores cantidades de calorías. Por supuesto, esto se debe a que el agua provoca que nuestras extremidades tengan que hacer un mayor esfuerzo para moverse. Esto se traduce en que nuestros músculos trabajan de cinco a seis veces más que en tierra. Nadar nos permite quemar en una hora hasta 600 calorías.
Hace nuestro cuerpo más resistente. Nadar hace más resistente a nuestro cuerpo porque, por una parte, nos ayuda a desarrollar una capacidad pulmonar mucho mayor. Evidentemente, esto quiere decir que al nadar adquirimos una mayor capacidad de resistencia anaeróbica. Por otra parte, la natación tiene incidencia en el fortalecimiento de nuestros huesos, por lo que nuestro cuerpo en general es mucho más fuerte.
Da mayor flexibilidad. Otro beneficio muy importante que nos proporciona el nadar es la elasticidad y flexibilidad de nuestro cuerpo. Gracias a que utilizamos las extremidades para practicarlo, nadar nos permite tener mayor movilidad, ejercitando las articulaciones. Como resultado de ello adquirimos mayor flexibilidad, elevando a su vez nuestro rango de movimiento.
Favorece el buen funcionamiento del sistema cardiorrespiratorio. Como lo habíamos mencionado ya, nadar nos ayuda a fortalecer la respiración. Cuando nadamos necesitamos realizar ejercicios de respiración, los cuales tienen un efecto positivo en nuestro cuerpo. Principalmente, esto provoca una mayor capacidad pulmonar y que nuestro cerebro se oxigene.