El agua siempre debe estar presente en una dieta sana y equilibrada. Lo repito una y otra vez en mis artículos e insisto mucho en ello llegados los meses estivales, ante las necesidades extras que nos supone la llegada del calor.
En verano el riesgo de deshidratación ha continuado aumentando año tras año con las temperaturas extremas y la pertinaz sequía que asola muchas zonas de la geografía española. Sequedad ambiental y, si no bebemos, sequedad interna, que puede conducirnos a un colapso interior.
Las recomendación general es que bebamos mucho agua, en torno a los dos litros diarios. Hay quien asegura que es una exageración, que ni mucho menos es necesario, pero, insisto, la pérdida de líquidos se debe compensar generosamente.
¿Qué ocurre cuando los termómetros marcan una temperatura ante la que el organismo no necesita aportes extras de agua? ¿Es necesario que caminemos todo el día por ahí con una botella en la mano?
Mi recomendación es que continuéis tomando dos litros al día. La EFSA – European Food Safety Authority – aconseja lo mismo en vuestro caso, el de las mujeres, incluso más, dos litros y medio, en el caso de los hombres. Por supuesto, existen particularidades como el caso de las embarazadas.
Sin embargo, en el caso de los niños, a quienes se suele incluir como un grupo de riesgo en verano, no sé si todas sabréis que los pediatras recomiendan no dar agua a los bebés en los primeros meses de vida. Esto sucede porque ya la toman en sus biberones o al alimentarse mediante la lactancia materna. No precisan de un biberón complementario de agua, siempre y cuando ingieran la cantidad diaria de alimento que les marque su doctor. De lo contrario, ¡mucho ojo!
Lo mismo ocurre con algunos alimentos. Nos proporcionan agua. Nos hidratan. Las dietas se basan en estos alimentos. Melón, sandía, tomate, antioxidantes para frenar la acción del fotoenvejecimiento y agua para el calor. Seguro que conocías las propiedades hidratantes de estas frutas, pero ¿y si te digo que el huevo es agua en un 75% y el pollo y el pavo en un 60%?.
Por otro lado, apunta las galletas , legumbres y arroz como los alimentos más “secos”. Sin embargo, a éste último le sucede lo que a la pasta. Al cocerse se hidrata y por eso nos sentimos saciados al tomarlos.
La hidratación es un factor clave en la lucha contra el envejecimiento. Exterior, a base de productos – siempre os recomiendo que sean naturales- e interior, tomando agua y alimentos que la contengan. Un primero a base de ensaladas, cremas y sopas frías es tan positivo para la salud y el tono de vuestra piel como la última crema que anuncian en televisión.
Ata Pouramini es autor del libro “Tú eres tu medicina”. Es orientador en salud, experto en nutrición y uno de los quiroprácticos más reconocidos . Tiene en Valencia una de las consultas más importantes del mundo. Estudió Nutrición en la Oxford Brooks University, es Licenciado en Ciencias Humanas, Master en Ciencias Quiroprácticas, Doctor en Quiropráctica y miembro de la Asociación Española de Quiropráctica.
Fuente: nosotras.com