Cuando te dicen que tienes que comer más saludable te imaginas lo peor: una vida de lechuga, adiós a tus dulces favoritos, adiós al pan y al queso y hola a la leche descremada y a todas esas comidas que odias. Creo que alguna vez también pensé así y me hubiera encantado que alguien me hubiese dicho lo equivocada que estaba. De partida, no cuento calorías, me preocupo de pensar en nutrientes más que en números y creo que esa es la clave.
A lo que me refiero con pensar en nutrientes es mirar tu plato y asegurarte que tienes todo: proteína, carbohidratos complejos (estos son los carbohidratos buenos, sí, hay carbohidratos buenos) y grasas saludables. (¡Sí! Tu cuerpo necesita grasa, pero grasa de la buena).
Antes de enseñarte a preparar almuerzos y cenas en un minuto o menos, revisemos los conceptos básicos:
La proteína la puedes encontrar en alimentos como: las legumbres (frijoles, lentejas, garbanzos), la quinoa, el pescado, los mariscos, los huevos o si eres más carnívoro, la carne misma. (Aunque trata de que sea carne magra o sin grasa).
Los carbohidratos complejos, que son los que le hacen bien a nuestro cuerpo, son: el arroz integral, las verduras, las frutas, la pasta integral.
Las grasas buenas son muy importantes, así que no debes dejar de consumirlas. Las puedes encontrar en: los frutos secos (maní, almendras, anacardos), el aceite de oliva o cualquier aceite de buena calidad y… EL AGUACATE. Este último es mi favorito.
Entonces, ¿Cómo puedes armar una cena o un almuerzo en menos de un minuto sabiendo esto?
Es fácil. Deja un día de tu semana para cocinar productos base. Ni siquiera es necesario que les pongas condimentos. Por ejemplo, el domingo puedes cocinar una olla grande de arroz integral, frijoles negros o quínoa y cortar algunos vegetales, todo esto mientras miras tus shows favoritos.
Al día siguiente puedes armar un almuerzo saludable mezclando arroz integral, frijoles negros, tomates picados y aguacate en cubitos. Lo aderezas como más te guste y listo: una comida saludable en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando lo miras de esa forma, cocinar no es tan difícil ¿o sí? Comienza de esta forma, porque es más sencillo, pero a medida que vayas avanzando puedes escoger licuar tus vegetales cocidos para hacer sopas o moler tus garbanzos para hacer hummus o incluso moler tus frijoles negros y condimentarlos para hacer frijoles refritos.
Lo importante es empezar de a poco, y por sobre todo, comer sólo las comidas que te agraden. Si comes algo que realmente no te gusta, será difícil mantener el hábito en el tiempo.